A finales del siglo XIX, un grupo de dibujantes hizo una visita a nuestra época patrocinado por la empresa chocolatera alemana Hidebrands, que produjo una estilosa serie de postales y cajas con imágenes que respondían a una sugestiva pregunta: ¿Cómo será la vida en el año 2000? No serían los únicos habitantes del pasado que vinieron a vernos (me refiero a los del dirigible), ya que justo en el útimo año de aquel siglo, en Francia y como preparativo de la Exposición Universal de 1900, ingenieros, urbanistas e ilustradores se hacían la misma pregunta ... y así imagaban la escuela de su futuro: No es una audición de idiomas en aulas multimedia. En la imagen, la materia prima del saber no está en las cabezas, sino en los libros (que al parecer se escriben solos, como los blogs) y, mediante un proceso industrial de triturado, patroneado por el maestro y cuya fuerza motriz ejerce un niño menesteroso, viaja mascado por una línea eléctrica y llega, convenientemente esterilizado y es...